martes, 30 de junio de 2009

EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA




EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA


Oswaldo Alvarez Paz

Presidente de

ALIANZA POPULAR

Los recientes sucesos acaecidos en Honduras obligan a la urgente movilización de los demócratas de Venezuela y el mundo a objeto de defender la forma de gobierno republicana y democrática, como única vía para el progreso en libertad de nuestras naciones, frente al avance del modelo fidelista comunista.

Desacatando la Constitución de Honduras, el expresidente Zelaya -aconsejado, empujado y financiado por Chávez- pretendió iniciar la ruta para su perpetuación en el poder mediante la convocatoria a una inconstitucional y fraudulenta consulta utilizando material electoral enviado de manera ilegal, malversando los recursos de Venezuela, por el gobierno de Chávez.

Si el arresto del presidente forajido y su traslado a Costa Rica altero las formas y procedimientos a seguir para aplicar el mandato de la Corte Suprema de Justicia de Honduras es materia que deberán dirimir los hondureños a futuro. Lo que no cabe es la pretensión del liderazgo autoritario de América –lamentablemente alcahueteado por la OEA- de calificar como golpe de estado la remoción pacifica (sin tiros, heridos o violencia que lamentar) y legal del presidente, no para instaurar una camarilla militar en el poder sino para preservar el orden constitucional gravemente violentado por Zelaya.

Los sucesos ocurridos en Honduras son una consecuencia directa de la abierta injerencia “petroimperialista” de Hugo Chávez en los asuntos internos de los países latinoamericanos. La oportuna reacción de la institucionalidad democrática hondureña, impidió que la cadena de intromisiones, practicada exitosamente por el Presidente venezolano en otros países del continente, se extendiera hasta ese país centroamericano en un intento por copiar la receta “socialista del siglo XXI”, que significa la violación del Estado de Derecho, la concentración de poder y el continuismo.

La respuesta de la sociedad democrática del hermano país, implementada por la Fiscalía General, el Consejo Electoral, la Corte Suprema de Justicia, el Congreso Nacional, los partidos políticos, incluido el del propio Zelaya, los sectores de la sociedad civil, la Iglesia y las Fuerzas Armadas, impidió que el plan continuista auspiciado desde Venezuela colocara a Honduras en un escenario de violencia y de inestabilidad, y alterara la alternabilidad institucional lograda luego de largos años de luchas contra las tiranías militares.

No se puede hacerle el juego a la calaña autoritaria que pretende desdibujar la actuación de la Fuerza Armada de Honduras, plenamente sometida a la autoridad civil y en defensa de la Constitución, semejando dicha acción con las lamentables actuaciones en el pasado y presente de nuestros países de otras fuerzas militares dedicadas al sometimiento represivo de la nación en apoyo a proyectos personalistas y autoritarios.

El apresurado pronunciamiento del Secretario General de la OEA, y de los gobiernos de la región, condenando el restablecimiento del orden democrático de Honduras señalándolo como un golpe de estado, pone una vez más en entredicho el prestigio de esa Organización y la vigencia de los principios del Sistema Interamericano, y evidencia su incapacidad para actuar de manera equilibrada y justa frente a las amenazas que sufren nuestros pueblos, hoy agredidos por la resurrección de una ofensiva totalitaria que nos conduce al progresivo naufragio del orden democrático. Es irónico y trágico presenciar al organismo haciendo esfuerzos desmesurados por integrar en su seno a la dictadura cubana a la par que se esfuerza por aislar la democracia hondureña.

Tanto el Secretario General de la OEA, como los representantes de esos países que hoy pretenden condenar al nuevo gobierno hondureño y a sus legítimas instituciones, han sido negligentes o cómplices frente a las reiteradas violaciones de los derechos humanos y de normas fundamentales de la Constitución venezolana por parte del régimen de Hugo Chávez y de sus aliados en el Continente.

Utilizando los millonarios recursos petroleros, mediante presiones abiertas o encubiertas, el gobierno de Hugo Chávez y sus aliados lideran hoy una cruzada para desestabilizar los el regímenes democráticos en el continente. Ya está en marcha una ofensiva destinada a restituir al “aliado” Zelaya y aislar a Honduras de la Comunidad Internacional, en momentos en que ese país lucha por la defensa de su libertad, su democracia y la pacífica designación de nuevas autoridades surgidas del voto popular.

La lucha de los hondureños en estos momentos es la misma lucha de los venezolanos por la democracia frente al atraso autoritarista.

sábado, 20 de junio de 2009

MANIFIESTO No. 1 DE LA ALIANZA MILITAR POR VENEZUELA

MANIFIESTO No. 1 DE LA ALIANZA MILITAR POR VENEZUELA

Venezuela vive actualmente los momentos políticos, sociales y económicos más difíciles de toda su historia. Un proyecto internacional comunista ideado y diseñado por Fidel Castro, pretende convertir a nuestro país en una nación satélite de Cuba.

Para lograrlo, el régimen cubano ha utilizado al Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, para que en su papel de guiñol político, destruya lo que queda de las instituciones democráticas. Con el objetivo de debilitar la cohesión social de la sociedad venezolana que pueda ser un obstáculo irreducible para su proyecto comunista, Hugo Chávez Frías ha sembrado el odio y ha polarizado al pueblo en dos bandos irreconciliables, acabando con los tejidos económicos y los centros de producción y, más grave todavía, arrancando los cimientos mismos de la identidad nacional, al sustituir nuestros valores tradicionales por otros totalmente contrarios, utilizando para ello métodos perversos, como ese de querer lavar el cerebro a nuestros hijos y nietos.

La Fuerza Armada de Venezuela ha sido sometida, desde hace varios años, a un proceso de politización que busca fundamentalmente debilitar los valores tradicionales del profesionalismo militar. La penetración ideológica ha sido conducida implacablemente por parte del régimen. Al principio del gobierno, el presidente Chávez respetó la pirámide jerárquica. Poco a poco fue sustituyendo algunos mandos operativos por personal de su confianza. El 11 de abril de 2002, lo sorprendió sin haber concluido su política de control sobre la Organización militar. Después de este hecho, se ha incrementado la intensidad de captación de incondicionales dentro de las unidades de la FAN, pudiéndose afirmar sin lugar a dudas que para este momento, existe una variedad de operadores políticos ejerciendo un severo control sobre importantes sectores de la Fuerza Armada y de las principales unidades operativas.

Además, se ha buscado captar ideológicamente al personal militar, sin importar el grado, mediante campañas orientadoras que buscan sembrar ciertos paradigmas tales como pueblo, revolución, oligarquía, explotación, imperialismo etc., debilitando los tradicionales valores de disciplina, subordinación y obediencia. Es difícil determinar con precisión el grado de ideologización logrado. Ciertamente que se escuchan murmuraciones en algunos sectores subalternos de manera constante, lo que prolifera normalmente en oficiales de grados superiores.
Estas circunstancias políticas han comprometido totalmente la institucionalidad y la propia eficiencia de la Fuerza Armada. Un nuevo gobierno democrático tendrá, sin duda, que enfrentar estas dos circunstancias con un conjunto de medidas que permitan revertir este proceso de desprofesionalización, fortaleciendo un conjunto de sólidos valores democráticos y, al mismo tiempo, revitalizando su capacidad operativa a objeto de poder enfrentar las amenazas que actualmente vulneran gravemente nuestra seguridad como país.
Y ya va siendo hora de decir: ¡Basta! Porque ya es mucho el grave daño que el rencor y la discordia han hecho en este país, de donde le proviene que el pueblo no haya sabido andar sino con las vacilaciones del temor, desusadas y desprestigiadas las formas del respeto mutuo; impasible ante la inseguridad que cobra vidas en su entorno todos los días; y se hace el desentendido ante la desfachatez con la cual el régimen pisotea los principio más elementales de probidad, de igualdad y de justicia.

Claro que no son los envilecidos por el servilismo quienes ese clamor harían, ni tampoco aquellos aprovechadores de los regímenes de fuerza a cuya sombra el provecho material pueda crecerles tanto como vaya menguándoseles la dignidad. Es la sociedad civil honesta, sin distingo de color ni de partido, quienes ya sienten en su interior que los límites a la tolerancia pacífica están siendo desbordados.

En su intención de fomentar la desintegración generalizada, el oficialismo ha violado los preceptos fundamentales de la Constitución: secuestró los poderes públicos, cometió delitos de lesa patria y de lesa humanidad, perpetró fraudes electorales, acabó con la libertad de prensa y de información, dilapidó nuestros recursos, y se alió con grupos narcoterroristas, gobiernos forajidos y sectores fundamentalistas.

El pueblo venezolano ha resistido valientemente la arremetida de este proyecto, a través de todos los mecanismos que la democracia le proporciona: firmas, denuncias nacionales e internacionales, marchas, manifestaciones, elecciones, huelgas y protestas de todo tipo; sin embargo, estas acciones han sido insuficientes, porque este no es un gobierno democrático, sino una dictadura comunista que no escucha, ni le conviene escuchar el clamor popular.

Cuando la democracia está en peligro, cuando las libertades ya casi no existen, y cuando la patria misma está a punto de desaparecer, los hombres de la Fuerza Armada Nacional están en la obligación de levantar su voz y de hacer respetar la Constitución. Pero, dado que el Alto Mando ya no representa a la institución armada, y en virtud de que a los militares activos de la Fuerza Armada les está vedado por la ley la beligerancia política militante, y la ley les impide expresarse públicamente, les exhortamos a que como responsables de la defensa nacional, no omitan en sus análisis las consideraciones de tipo político que están afectando a esa misma defensa.

Especial atención merece el Estamento Militar, el cual ha sido tratado de una manera vil para que se sometan a una conducta que es una afrenta a las normas de nuestra Constitución. Hugo Chávez ha creado odios y diferencias que han dejado atrás todas las reivindicaciones sociales obtenidas por la Institución armada a través de toda su historia republicana, y con esta discriminaciones ha hecho posible la manipulación de facciones militares dentro de la organización.

Para nosotros, quienes hoy hemos decidido reactivar la organización Alianza Militar por Venezuela, constituye una obligación impostergable asumir la condición de voceros y de interlocutores del sentir castrense. Con este propósito, convocamos a todos los oficiales generales, superiores, oficiales subalternos, suboficiales y tropas profesionales, en la honrosa situación de retiro, a incorporarse a este reactivado esfuerzo orientado a salvar a Venezuela de la desintegración y la anomia, y a recuperar la democracia y la libertad.

Para estos fines convocamos a todos nuestros Compañeros de Armas para revivir la otrora Alianza Militar por Venezuela, a los que ya pertenecemos a ella, así como a todos aquellos que han entendido el letal peligro que se cierne sobre Venezuela.

La Alianza Militar por Venezuela luchara sin descanso, en unión de las Organizaciones Democráticas Nacionales, Estatales y Municipales, y del valiente pueblo de Venezuela, para la restitución de la vigencia de la Constitución de la Republica, la recuperación de la Democracia y de la Libertad en nuestro país.

El régimen castro comunista ilegalmente impuesto en Venezuela se propone instaurar su proyecto militarista totalitario, apoyándose en la ilegitima Asamblea Nacional, mediante la aprobación de leyes que, por ser contrarias a la Constitución Nacional, resultan siendo inexistentes por nulidad absoluta. De acuerdo con lo estipulado en el artículo 333 de la Constitución Nacional, la Alianza Militar por Venezuela exigirá, junto a toda la Nación, el estricto cumplimiento de los artículos 5, 326, 333, 347 y 350 de la Carta Magna.

La Alianza Militar por Venezuela proclamara, a lo largo y a lo ancho del país, y a todos los niveles de la sociedad venezolana, la reivindicación de la dignidad del autentico militar, que actúa en todo momento guiado por la fuerza de la razón, frente a la ignominia del militarista que no actúa sino por impulso de la razón de la fuerza.

Compañeros todos, sobran las razones para continuar activos aún desde nuestra honrosa situación de retirados. Nuestros hijos y nietos, nuestros subalternos de ayer, de hoy y de siempre, no nos perdonarían si nosotros permitimos que nuestra querida y amada Venezuela sea la segunda Cuba de América.

El proyecto de este régimen es una imposición del comunismo internacional. Nuestra obligación es defender la Patria y sus Instituciones hasta perder la vida si fuese necesario.

Caracas, 4 de junio de 2009

Por la Alianza Militar por Venezuela (AMV),

General de División (Ej) Rafael Montero Revette
Vicealmirante Rafael Huizi Clavier
General de Brigada (AV) Eduardo Caldera
General de División (GN) Enrique Prieto Silva
Contralmirante Elías Buchszer Cabriles